lunes, 2 de mayo de 2011

FELIPE IV: DEFENSA DE LA HEGEMONÍA Y OCASO DE UN IMPERIO

     Se han visto a los Austrias del siglo XVII como simples títeres de poderosos validos. Ciertamente, así es. Se presenta una época de enorme conflictividad exterior e interior: Francia, Países Bajos, Inglaterra,...; Cataluña, Portugal,... Un siglo que intentó mantener unas posiciones que terminaron por granjear el fin de un Imperio Universal, y de una hegemonía.

     La sociedad y economía españolas se sustentaban en dos grandes pilares: la agricultura castellana y la plata americana. Una corte fastuosa, un aparato burocrático enorme, guerras constantes y esplendor barroco. Pero, ¿sobre quién se sustentaba este complicado sistema? Sobre campesinos e indios. 



     Sin embargo, los problemas empezaban a aflorar a principios de 1600. Y es que Perú y México, las grandes posesiones hispánicas en América, se convertían en economías autosuficientes que provocaban la recesión de la minería. La monarquía hizo que recayera la carga impositiva en un colectivo ya muy dañado: el campesinado castellano. En consecuencia, la despoblación rural para evitar el peso impositivo y el crecimiento urbano era total. Los campesinos sostenían pagos en dinero, especie, servicios, diezmos, alcabalas y millones. ¿La única salida? La emigración. Pero, la masificación urbana, tendrá una consecuencia letal: la peste bubónica. Castilla perdió cerca de 700.000 personas. La gran peste (1596-1602) significó una dura recesión demográfica, económica y comercilal que duraría todo el siglo.
     Tras el difícil reinado de Felipe III, el gobierno de Felipe IV significó una etapa que provocó el fin del Imperio Hispánico en el escenario internacional.

     Felipe IV asumió el poder con 16 años. El monarca delegó el poder en Olivares, pues era el hombre más adecuado para la tarea. Un hombre enérgico y capacitado. Olivares controló totalmente la casa del joven príncipe, consiguiendo cargos y honores que le convirtieron en conde-duque.  Era el Valido-Rey. ¿La diferencia con Lerma, valido de Felipe III? Que Olivares, ministro o valido de Felipe IV, ansiaba el poder político. ¿Su designio? Construir una nueva España Imperial. El problema era que España no estaba en su momento ideal. Su cargo fundamentalmente el de consejero de Estado, a través del cual pudo ordenar y controlar los asuntos de la alta política. Olivares marcó la dirección de la política española hasta mediados del siglo XVII. ¿Su fin? Perpetuar España como potencia mundial. Para él era más un problema no de recursos, sino de política exterior y militar. Ese fue su gran fracaso.

     Olivares jugaba un papel vital en el plano internacional. Pero, ¿porqué la política española despertaba tanta hostilidad en Europa? Por tres razones:

1.- España era una potencia imperial en Europa, y tenía dominios en Italia y Países Bajos.
2.- Porque para mantener esas posesiones, debía abrir comunicaciones en territorios ajenos.
3.- La convicción europea de que España iba movida por un "catolicismo e imperialismo agresivo".
 
     La defensa de los Países Bajos era la piedra angular para la defensa del Imperio Austíaco. Una defensa que implicaba la guerra con Francia, Alemania y Holanda. Los objetivos de España en los Países Bajos eran imponer una soberanía religiosa (catolicismo) rota por el protestantismo; e imponer la supremacía comercial destruyendo el comercio holandés.

     Sin embargo, hacia 1630, el comercio indiano se había reducido enormemente. La instigación holandesa e inglesa; la negativa de prestar ayuda por parte de Alemania; y el desorbitado gasto económico en el frente italiano por la muerte del duque de Mantua, dificultaba las opciones. Francia entraba en escena con un único objetivo: acabar con los Habzburgo hispánicos en toda Europa. 

     La economía española era del todo irrecuperable. La reforma financiera era del todo necesaria:

1.- En la Casa Real: Freno a las concesiones de mercedes, reducción del número de cortesanos y oficiales, reducción de los salarios,...
2.- Adminstración. Reduciendo la burocracia conciliar y municipal; se creó la Junta Grande de Reformación para evitar la corrupción de las cargos públicos;...
3.- Emisión enorme de cantidades de moneda de vellón.

     El déficit era pavoroso, pues el monarca se negaba a crear impuestos. Además, la reforma financiera tuvo una fuerte debilidad: ésta no fue una respuesta a las necesidades internas del país sino una inversión para la política exterior. En 1627, la corona se declaró en bancarrota. Vivía una sufrida población con malas cosechas, poco alimento, enorme inflación, sequía, hambre,...; junto con los graves problemas en el panorama internacional. Olivares giró la mirada hacia una víctima continuada: Castilla.

     Era imposible que Castilla pudiera asumir por si sola la pesada carga económica de España. la única solución era crear una distribución más equitativa de la fiscalidad. El objetivo de Olivares era racionalizar la maquinaria imperial consiguiendo unificar todos los recursos económicos y sociales. Se creó así la Unión de Armas, con un ejército de 140.000 hombres de todas las provincias. Un plan para conseguir una mayor centralización política y una uniformidad fiscal. 

     Las rebeliones en Cataluña y Portugal hicieron polvo al conde-duque de Olivares. El desplome del comercio trasatlántico, la confiscación de la plata, las emisiones de vellón y la devaluación, y el despliegue efímero de la plata; hizo que España acabara por desgarrarse. 

     Olivares presidió el fracaso y la derrota. Europa viró la hegemonía de España a Francia. Olivares fue un reformador en un mal momento para los reformadores. Un monarca débil, una sociedad consumida y una aristocracia ávara en un mal contexto. La dinastía de los Habzburgo desaparecía: Carlos II asumía el poder.


CONCLUSIÓN
      Si algo caracteriza a estos Austrias es la explotación masiva de la maquinaria fiscal. Aumentar impuestos, crear nuevos, arbitrios,... ¿Y todo esto para qué? Pues básicamente para costear y financiar guerras incesantes que sostenían los intereses internacionales, pero no los que el progreso del país requería. Un gasto militar que en nada favorecía a Castilla, principal acreedora.

     Los monarcas de la Casa de austria antepusieron los intereses de la Corona a los de la Nación. El progreso económico y social de un país se vio muy perjudicado, a medio y largo plazo, por el enorme y vano esfuerzo fiscal de la Monarquía.


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